Crepes saladas o dulces sin lactosa

Con esta receta se obtienen unas 6 crepes grandes (depende de la sartén que se emplee y cómo de gruesas las prefiráis). La diferencia entre las crepes saladas y las dulces son las especias y la cantidad de sal. Si en lugar de comerlas con carne y verduras, las queréis rellenar de mermeladas, miel, etc, escoged unas especias adecuadas (canela, vainilla,...) Las crepes que os sobren podéis o bien congelarlas tapadas con film durante 2 meses, o conservarlas en la nevera del mismo modo durante 3 días.

INGREDIENTES

• 250 ml de agua (si las hacéis dulces podéis emplear leche de soja, para las saladas no lo recomiendo porque esta leche les da mucho sabor a cereal)
• 250 g harina de trigo
• 2 cucharaditas de sal (poned sólo 1 pizca de sal si las vais a hacer dulces)
• 2 huevos
• hierbas y especias al gusto, por ejemplo: 2 cucharaditas de orégano, 1 cucharaditas de albahaca, un poco de comino.

MANOS A LA OBRA

1. Batir los huevos ligeramente (con batidor de varillas o 2 tenedores) y añadir el agua (o la leche). Mezclar bien.
2. Añadir la sal y la harina tamizada.
3. Batir con la varilla hasta eliminar los grumos.
4. Pasar por el chino y añadir las hierbas y especias.
5. Calentar la sartén, engrasarla con 1 gota de aceite de oliva (de girasol sin son dulces) y retirar el exceso. (si no se pega nada la sartén no es necesario echar aceite)
6. Echar la masa con un cazo a la sartén, girándola al mismo tiempo.
7. En 1 ó 2 minutos girar el crepe en el aire (o ayudándote de un plato como si fuese una tortilla o con la paleta, todo depende de la habilidad de cada uno y de las ganas de limpiar crepe de entre de los fogones ;)
8. Conforme las saquéis del fuego tapadlas con un trapo de cocina o conservadlas dentro del micro o el horno (apagados, claro) para que no se enfríen.

Nosotros rellenamos las saladas con trocitos de pechuga de pollo especiada, lechuga en juliana, tomate, queso y lo que pillamos por la nevera. Es una cena muy socorrida para terminar los restos de la semana y también para cuando somos muchos, porque cada uno las rellena con lo que le apetece.